Salmo 4

Introducción


Queridos hermanos en Cristo, continuamos nuestra serie de formación litúrgica con la reflexión sobre el Salmo 4. Este Salmo es una oración confiada de alguien que busca refugio en Dios durante momentos de angustia. Nos enseña a depositar nuestra confianza en el Señor y encontrar paz y seguridad en Su presencia.


Texto del Salmo 4 (Biblia Católica de América)

Salmo 4


1 Al maestro de coro. Con instrumentos de cuerda. Salmo de David. 2 Cuando te invoco, respóndeme, Dios de mi justicia; tú, que en el aprieto me diste anchura, ten compasión de mí y escucha mi oración. 3 Hijos de hombres, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis vanidades y buscaréis mentiras? 4 Sabed que el Señor distingue al fiel para sí; el Señor me escucha cuando le invoco. 5Temblad y no pequéis; reflexionad en vuestro lecho, y callad. 6 Ofreced sacrificios justos, y confiad en el Señor. 7 Muchos dicen: “¿Quién nos hará ver la dicha?” Alza sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro. 8Tú diste a mi corazón más alegría que cuando abundan el trigo y el vino. 9En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.


Enseñanzas y Valores del Salmo 4


El Salmo 4 nos ofrece varias enseñanzas y valores fundamentales para nuestra vida espiritual:


Confianza en Dios: El salmista nos recuerda que debemos invocar a Dios en nuestras necesidades y confiar en que Él nos responderá. Esta confianza nos libera de la angustia y nos da paz.

Rechazo de la Vanidad y Mentiras: El Salmo nos advierte contra el ultraje del honor y la búsqueda de vanidades y mentiras, instándonos a vivir una vida de integridad.

Reflexión y Silencio: Se nos invita a reflexionar en silencio, especialmente en momentos de tranquilidad, para evitar el pecado y acercarnos más a Dios.

Sacrificios Justos: Ofrecer sacrificios justos es una expresión de nuestra fe y confianza en el Señor.

Alegría Interior: La verdadera alegría proviene de la presencia de Dios en nuestras vidas, una alegría que supera cualquier riqueza material.

Paz y Seguridad: La paz que Dios nos da nos permite vivir tranquilos y seguros, independientemente de las circunstancias externas.


En resumen, el Salmo 4 nos enseña a buscar a Dios con confianza, vivir con integridad, reflexionar en Su presencia y encontrar en Él nuestra verdadera paz y alegría.


¡Bendiciones!

Parroquia Santa María de Los Ángeles y San José

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